Rafael Cansinos Assens, adalid de la modernidad (Biografía con información bibliográfica)

Sigue colaborando en la revista literaria Los Quijotes con su «Diario sentimental».

Juan Ramón Jiménez le visita en la redacción de La Correspondencia de España para comunicarle que se va a América para casarse con Zenobia Camprubí.

José de Urquía, un capitalista opulento, funda en Madrid La Novela Corta, una publicación semanal en la que anuncia en la Prensa como «colaboradores únicos» a Galdós, Benavente, Pardo Bazán, Pío Baroja, Octavio Picón, Palacio Valdés, Azorín, Dicenta, Selles, Blasco Ibáñez, Valle-Inclán, Alvarez Quintero, Linares Rivas, Manuel Bueno , Martínez Sierra, Gómez Carrillo , Trigo , Ricardo León, Cristóbal de Castro, Guimerá, Zamacois, Colombine, «y los jóvenes maestros»​​​​​ Prudencio Iglesias, Eugenio Noe, Carrere, Insúa, García Sanchiz y Hoyos Vinent. Se arma cierto revuelo en el mundo literario entre todos excluidos, Cansinos entre ellos.

Durante el año la revista ilustrada Nuevo Mundo publicará cuentos de RCA en varios números. 

Muere en León (Nicaragua), a los cuarenta y nueve años de edad, Rubén Darío.

Cansinos traduce del alemán Los grandes maestros del arte español, de Max Nordau, una obra que produce un financiero judío de Barcelona, Metzger, para ayudar económicamente a Nordau. Además de pagar una cuantiosa suma a Max Nordau, a Cansinos le dio mil pesetas (6 €), cifra insólita para la época. Con la guerra mundial habían venido a España una gran cantidad de judíos parte de los cuales se agrupaban en torno al venerable Nordau. No hay que olvidar que en este tiempo Max Nordau era una de las cabezas visibles del sionismo militante, del que también participaba Cansinos, y que había sido amigo y colaborador de Theodor Herzl, el ideólogo que creó la Organización Sionista Mundial (WZO) y propuso la inmigración judía a Palestina para formar un estado judío, que se haría realidad en 1948.

En el contexto de la campaña filosemita Cansinos introduce en Los Quijotes un anuncio para que los lectores colaboren con donaciones para los serfarditas sin recursos de paso por Madrid. El anunció se irá repitiendo en números sucesivos, publicando los nombres de los donantes, entre los que figuran Cansinos, Yahuda, Farache y Pulido.

Nuevo encuentro con Juan Ramón Jiménez, que ha regresado a España ya casado con Zenobia Camprubí. Se cruzan en la librería Rivadeneira, donde Juan Ramón está discutiendo con el gerente las liquidaciones de sus traducciones de Tagore. Cansinos se queda un tanto desconcertado ante esta actitud mercantilista de su admirado Juan Ramón.

Recibe la "licencia absoluta" del Ejército.

En el Archivo de RCA se conservan 30 páginas de un libro titulado ¡Evohé!, con el subtítulo "Overtura lírica", que, al parecer nunca terminó de ser impreso. En la portada figura como editor Librería Pueyo.

Incia su colaboración como traductor con la editorial Mundo Latino de José María Yagües Arribas, funcionario del Banco de España (era hijo de José Yagües Sanz, encuadernador y propietario de una imprenta en la Plaza del Conde de Barajas). Yagües tenía vínculos familiares con Manuel Aguilar, quien pronto entrará en la escena editorial de la mano de SGEL, de la que formaba parte Mundo Latino. José María Yagües financió la Revista Hispano-americana Cervantes (futura plataforma del Ultraísmo) y administraba las Obras Completas de Rubén Darío y las de Enrique Gómez Carrillo. En estos años Cansinos era un habitual de las reuniones en las oficinas de Mundo Latino.

Mantiene su amistad con Andrés González-Blanco, que le presenta a Antonio Rey Soto, el cura goliardo, con el que tendrá contacto hasta el final de sus días.

Se entrevista en el Casino con Felipe Trigo, quien le invita a colaborar en un nuevo proyecto de revista que se va a titular Vida. El 2 de septiembre el escritor se suicida en su domicilio, causando una gran conmoción en el mundo cultural.

Juan Pujol, al que conocía de los tiempos de Villaespesa, invita a Rafael a la presentación del nuevo periódico La Nación en el Palace y le ofrece una colaboración literaria. Cansinos publicará varios cuentos durante 1916 y 1917 en este efímero periódico de marcado carácter conservador y germanófilo.

Manuel Menéndez Martín, director y propietario de La Novela Para Todos, le publica una de sus novelas alegóricas, El sacrificio del más joven.

Cansinos, poco a poco, se va convirtiendo en el coordinador de Los Quijotes. La revista se realizaba en la imprenta de Emilio González Linera en el Pasaje del Comercio de la calle Montera desde el 10 de marzo de 1915 y colaboraban jóvenes poetas, como César A. Comet y Jaime Ibarra, y el propio Linera, y otros de más edad del círculo de Cansinos como Antonio Sancho o Carlota Remfry de Kid La revista se convertirá en el embrión del Ultraísmo. Poco a poco, a veces con retratos en la portada, se van publicando textos de los poetas de la tertulia del Colonial: Paulino Fernández Vallejo, Rogelio Buendía, Juan González Olmedilla, Guillermo de Torre, Lucia Sánchez Saornil, Pedro Garfias, Rafael Lasso de la Vega, Carmen Gutiérrez de Castro, Xavier Bóveda,  Álvaro de Orriols, José Rivas Panedas,  Eliodoro Puche –que andaba por las tertulias con su inseparable Prieto y Romero–, Ernesto López Parra, Evaristo Correa, Vicente Huidobro, etcétera.

Conmoción en el mundo literario: Felipe Trigo se pega un tiro en su hotel de la Ciudad Lineal. Cansinos, que en verano trasladaba la tertulia de El Colonial al paseo de Recoletos, recoge a todos los amigos poetas y visitan el velatorio.

Cena con frecuencia con Blanco Fombona. A Fombona, que es un furibundo antigermanófilo, le gustan los restaurantes alemanes de la calle del Florín: Gambrinus, El Viejo Heidelberg, etcétera.

Abraham Yahuda ofrece a Cansinos trabajar para la Prensa aliada y ponerle en contacto con John Walter, delegado de Prensa de la embajada británica. En este tiempo era frecuente que los escritores traficaran con sus plumas. El embajador de Alemania, príncipe de Ratibor, disponía también de mucho dinero para este fin. Rafael rehusa por motivos de conciencia antibelicista.

La representación de su cuento El misterio de la jota, adaptada para la escena por Manuel Cerezo Garrido, con música de Vela y Garrido, se estrena en el Novedades. Entre las actrices participantes estaban Vela, Lacalle y Quirós. Según la prensa, la noche del estreno tuvieron que salir varias veces los autores a saludar al público. Esta fue la única obra que le dio a RCA pingües beneficios económicos en vida. Y fue la única vez, también, en la que hizo una excursión literaria por la literatura popular, la que es más fácil de vender, y de la que luego se arrepintió en El divino de fracaso de 1919.

Vicente Huidobro, acompañado de su mujer y de sus dos hijos, llega a España en misión diplomática camino de París. Probablemente se encuentra por primera vez con RCA. En 1914 había publicado Las pagodas ocultas, un libro de salmos que tiene coincidencias de forma y de contenido con El candelabro de los siete brazos de RCA, también de 1914.

Cumple 34 años.

Se incorpora a la tertulia de Cansinos Assens un joven con unos ojos inexpresivos, unas orejas como ventiladores y un hablar gangoso debido a su nariz torcida, tiene 16 años y se llama Guillermo de Torre, presentándose a  todo el mundo como el poeta dinámico e intersticial, que anda a la búsqueda de un maestro. Cansinos le dice que él no es su maestro y se lo manda a Ramón Gómez de la Serna. Ramón, molesto, se lo devuelve a Cansinos y Cansinos le coloca en Los Quijotes. Al no tener maestro Guillermo de Torre se siente un «poeta expósito».

Se enfría su amistad con Colombine, a la que deja de ver. Probablemente la relación de la escritora con Ramón Gómez de la Serna contribuyó a este alejamiento.

La nómina de poetisas se incrementa en Los Quijotes. Lucía Sánchez Saornil, la hija de un viejo republicano amigo de Linera, que murió dejando muchos hijos, de los que el mayor es Lucía, los sostiene a todos con su empleo de telefonista. Lucía no asiste a la tertulia porque no tiene tiempo, pero sus versos se van publicando con el seudónimo de Luciano San Saor. Parece que a Lucía le gustaba mucho César A. Comet.