Rafael Cansinos Assens, adalid de la modernidad (Biografía con información bibliográfica)

César Tiempo vuelve a pedirle que se traslade a Argentina.

Tras dos años de cruento asedio de infantería y artillería, y de bombardeos aéreos, las tropas de Franco entran en Madrid. Cansinos assens, lleno de alegría por la liberación, asistió en la glorieta de Atocha a la entrada de las avanzadillas rebeldes. Quedaban atrás los peores años de su vida, en los que perdió, además de su casa, la salud. Su letra de estos días es la de un hombre muy enfermo. Superado el "terror rojo" en Madrid, lo que no esperaba el escritor era que los siguientes años se convirtieran en una tortura moral, con el miedo constante de que en cualquier momento podía ser víctima de la durísima represión que puso en marcha el fascismo a partir del 18 de julio. Cansinos Assens nunca más volvió a montar en un coche, porque le traía el recuerdo del procedimiento que utilizaban los fascistas para dar los llamados "paseos".

Finaliza la Guerra Civil. En Madrid las tropas nacionales habían organizado una operación jaula y comienzan las primeras detenciones.

En junio de 1939 todavía viven en Ramón y Cajal 6, aunque el edificio había sido bombardeado.

Acompañada de sus hermanas Clementa y Juana, llega a Madrid, procedente de San Pablo de los Montes (Toledo), Braulia Galán. La futura esposa de RCA tenía 15 años y venía a trabajar con sus hermanas en el servicio doméstico. El hambre se extendía por el país. El racionamiento de la población había empezado el 14 de mayo de 1939.

Solicita al Ministerio de la Gobernación que se le declare apto para ejercer la profesión periodística.

Cumple 57 años.

En diciembre de 1939 los tres hermanos están viviendo ya en la Avenida Menéndez Pelayo 47 (posteriormente cambiado a 57). Era una casa señorial de 3 plantas y portería en el bajo. En la primera planta vivía la familia de un comandante llamado Solano. Los hermanos alquilaron dos plantas (50 duros, 250 pesetas, cada uno), la tercera para María Josefa y la segunda para Pilar y Rafael. Ninguno de los tres volvería a cambiar de domicilio hasta su fallecimiento.

Sobre la herencia: ¿Fue este el momento en el que los tres hermanos adquirieron el derecho a disfrutar de la herencia de Ángeles Lázaro Sáez? Cabe suponer que sí, ya que no hay constancia de que ninguno de los tres hermanos tuvieran ingresos para poder vivir en un sitio así, en unas viviendas de unos 180 m2 cada una, con guardillas, portería y con grandes ventanales enfrente del Retiro madrileño. Además la Guerra Civil acaba de terminar y el país estaba en situación de quiebra. Evidentemente las traducciones que hacía Cansinos no daban para eso. Además el escritor iba a sufrir expediente de depuración. Según testimonio de Braulia Galán, una pequeña parte de dicha herencia llegó a disfrutarla ella en los años 50 y 60, aunque la mayor parte del dinero se fue agotando con las costosas facturas médicas de las hermanas del escritor.