Rafael Cansinos Assens, adalid de la modernidad (Biografía con información bibliográfica)

Abraham M. Coriat, presidente de la Asociación Hispano-Hebrea de Tetuán, le nombra "Delegado en Madrid" de la Asociación junto con el senador Ángel Pulido, el diputado Alfredo Vicenti, el también diputado Manuel Hilario Ayuso, el redactor de El Mundo Augusto Vivero, el "propietario" Joseph Farache y el periodista Pedro Cortabarría.

La campaña del doctor Pulido comienza a dar sus frutos y llega a España el doctor Abraham S. Yahuda, procedente de Alemania e invitado por el Gobierno español para dar una serie de conferencias sobre lengua y literatura rabínicas. El gobierno español, mandatario de una zona de protectorado en Marruecos, y consciente de la importancia que allí tienen los sefardíes, pretende atraerlos, estableciendo en Madrid un centro de estudios judaicos, intentando desmentir así su historia de intolerancia religiosa. Yahuda, de origen asquenazi, no simpatiza con el sefardita Farache, pero sí con Cansinos, que rápidamente procura que su llegada tenga eco en la Prensa. CA y Yahuda se hacen muy amigos y el sevillano es su interlocutor en la Corte para todo. Cansinos pone a su disposición todos sus resortes periodísticos y escribe en La Corres sobre él. Le apoyan Arturo Mori en El País y, por supuesto, Colombine en El Heraldo. La campaña filosefardí continúa...  Yahuda participa en actos públicos e imparte conferencias en la Academia de Jurisprudencia.

Colombine, siempre a atenta a lo que es actualidad, le pide a RCA que lleve a su Salón a Yahuda. Cansinos lo hace pero el sabio orientalista se siente incómodo en el ambiente colombinesco y le hace un desaire a la escritora marchándose.

Estalla la Primera Guerra Mundial.

Se publica el primer libro de RCA, El Candelabro de los siete brazos, en la editorial Renacimiento, dirigida por Gregorio Martínez Sierra. El libro se iba a imprimir en un principio a expensas de Antonio Biosca, pero la obra quedo empantanada en la imprenta hasta que se imprimió con el sello de Renacimiento. La cubierta era de Marco y Cansinos la duplicó en contracubierta para dar la sensación de que podía leerse de izquierda a derecha como los libros hebreos.

El banquero asquenazi Ignacio Bauer Landauer, representante de la banca Rothschild en España, aparentemente interesado por los artículos pro sefardíes de Cansinos, contacta con él. Sin embargo, cuando lo visita en su palacio de la Alameda de Osuna, en la calle San Bernardo, el banquero lo que le propone es que sea su negro para escribirle una obra que le permita ser académico de número de la Real Academia de la Historia. A cambio le promete patrocinar su carrera de escritor.

Poco a poco, sin pretenderlo, RCA se había convertido en cabecera de una tertulia literaria en el café El Colonial. Los jóvenes que participan son epígonos del modernismo. Pronto empezarán a conocer por RCA las nuevas tendencias de la vanguardia europea.

José Farache intenta convencer a Cansinos para que se preste a ser el negro de Bauer, sin conseguirlo.

La Tribuna dedica un artículo elogioso al Candelabro y le envía al Colonial a su dibujante, César Jenaro Abín, que le hace la caricatura que se publica en el periódico: sentado a la mesa del café, con los brazos abiertos, perorando ante los jóvenes poetas y con el simbólico candelabro al lado como alumbrando su elocuencia.

Comienza la actividad de SGEL (Sociedad General Española de Librería), filial de la francesa Hachette (familia Rothschild). Organizó una red de distribución en todo el país, sobre todo con los armarios-librerías que instaló en las estaciones de la red de ferrocarriles. Manuel Aguilar trabajó en SGEL, de la que llegó a ser gerente, hasta 1923. Esta distribuidora supuso para escritores como RCA, que publicaron en editoriales como Mundo Latino, Editorial América, Renacimiento, etc., que su obra se difundiera por todo el país y por Hispanoamérica.

Según El País del día 20 de septiembre Max Nordau había llegado Madrid, procedente de Francia y de forma anónima, para pasar la Guerra. Un camarero "ilustrado" lo reconoció. La Correspondencia de España, donde seguía trabajando RCA, había publicado el día 18 de septiembre que se encontraba en Burdeos. José Farache le presenta a Cansinos, que a principios de siglo había traducido su novela Matrimonios morganáticos, estableciéndose entre ambos relaciones amistosas. Comienza una intensa etapa de judaísmo que conduce a la creación de la primera comunidad judía, con sinagoga, en Madrid, y que posteriormente narrará en su novela en clave Las luminarias de Janucá, en la obra de recuerdos Los judíos en Sefard y en sus memorias.

Traduce para Nordau del francés su confencia «El principio de nacionalidad», que para él consiste en la comunidad de ideas, no en la de lengua ni la de raza. Cansinos traduce también el drama de Nordau, El derecho de amar y se lo propone a Díaz de Mendoza, pero no se representa. La presencia del eminente escritor, que pasaba entonces por un mal momento económico, no despertó ningún interés en España.

Colombine, que vive ahora en la calle Luchana, en un entresuelo amplio y amueblado con cierto lujo, cierra su Salón a petición de Ramón Gómez de la Serna, con el que mantiene una relación que todo el mundo literario conoce. Cuando se lo comunica a Cansinos, este piensa que asiste al epílogo de una novela: Colombine termina y empieza doña Carmen de Burgos Seguí. Carmen intenta convencerle de que cierre él también su tertulia de El Colonial y se involucre en Pombo, donde Ramón está organizando una gran tertulia. Pero lo más interesante de esta conversación es su propuesta para que se case con Ketty y ella les pondría la casa, además de ayudarle a conseguir que publicase libros y colaboraciones en Prensa gracias a su influencia...

Poco a poco Cansinos irá alejándose definitivamente de Carmen de Burgos, cerrando esa etapa de su vida.

Conoce en Renacimiento a Rufino Blanco Fombona, con el que mantendrá una gran amistad en los siguientes años.

Cumple 32 años.

Se publica su importante novela corta El pobre Baby, con una prosa que marca un nuevo y original estilo en el arte de novelar. La obra aspira a ganar un concurso de La Novela de Bolsillo (con un premio de 500 pesetas, 3 €). Poco después aparecerá Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez.