Visita frecuentemente la Biblioteca Nacional donde lee a Salvador Rueda, El cielo alegre, que le deslumbra. Se hace amigo del bibliotecario, don Lorenzo González Aguejas, autor de los diccionarios liliput, y de un tal Rafael Echevarría, los dos antimodernistas y empeñados en apartar a Rafael de la nueva literatura.
Año
1900
Procedencia
Pendiente documentar.