Un coche atropella a Mario Molano, su amigo de juventud, que fallece a raíz del accidente. Marío pasaba bastante tiempo en el domicilio de Cansinos. Según testimonio de Rau Galán, solía llegar al domicilio después de comer, y se instalaba allí en una sala a leer la Prensa y las muchas revistas que recibía RCA. Luego, una vez que el escritor había comido sobre las seis de la tarde, salían juntos. Cansinos regresaba ya de madrugada. Así fue su vida cotidiana durante muchos años.
Año
1957
Procedencia
Testimonio de Rau Galán en Obra Crítica, p. LXXVI.