José Farache le muestra un afecto paternal. Él y su mujer Augusta le invitan los viernes por la noche para la cena de Shabat y en las celebraciones judías. Farache le indica que hay familias sefardíes “Cansino” establecidas en Marruecos e Inglaterra. Encuentra en la Biblioteca Nacional nuevos datos que avalan su pasado familiar converso. A partir de este momento toda su vena lírica tiene influencia de la Biblia, de los profetas, del estilo cortado y vibrante del salmo. «Desde ahora no quiero escribir más que salmos. Nada de prosas largas y prolijas. Salmos, versículos ardientes y entrecortados como palpitaciones. Por el momento me aparto hasta de esos decadentes franceses tan admirados en el cenáculo de Villaespesa. El versículo bíblico, pero también nietzscheano, es la expresión de mi Modernismo.»
La novela de un literato. Capítulo: «José Farache».