La tertulia de El Colonial crece.

La tertulia del café Colonial de Madrid, presidida por Rafael Cansinos Assens, se dispara y cada vez atrae a más «epígonos»: Guillermo de Torre, Juan Larrea, Pedro Garfias, Pedro Luis de Gálvez, Ernesto López-Parra, Pedro Iglesias Caballero, Quiroga Plá, los hermanos Rivas Panedas, Rogelio Buendía, Xavier Bóveda, Isaac del Vando Villar, Eugenio Montes, Gerardo Diego, e incluso algunas mujeres como Lucía Sánchez Saornil –que no hace acto de presencia pero está–, Carmen Gutierrez de Castro o Betina Giacometti. El magisterio de RCA convierte la tertulia en un centro trepidante del Madrid literario. El café Colonial, gracias a Cansinos, es un centro, juvenil y brillante, de la vida nocturna. Los habituales del café empiezan a mirar a Cansinos con desconfianza y cierta compasión. La rivalidad con la tertulia de Pombo, presidida por Ramón Gómez de la Serna, se hace evidente. Ramón no entiende lo que sucede: mientras él se desvive por crear un círculo en torno suyo, Cansinos, que no hace nada, más que acto de presencia, tiene ya uno fervoroso entorno a él. Ramón tenía cinco años menos que RCA y admiraba profundamente al sevillano, y quería atraerlo a su Pombo para que, en su afán de protagonismo, presidiera con él la renovación literaria que estaba en marcha. Son varias las cartas, casi suplicantes, que Ramón le escribió en este tiempo para intentar lograr su propósito. Este es el tiempo en el que Ramón empieza a incubar un odio africano hacia RCA.

Año
1918
Procedencia

La novela de un literato. Cartas de R. G. de la S. conservadas en el Archivo.